El vecino país magrebí no deja de sorprendernos cuando se trata de colores y rincones nuevos. Por ejemplo, Uezán, el pueblo verde de Marruecos.
Cuando pensamos en colores y Marruecos, una de las primeras postales que se nos viene a la mente es el pueblo azul de Chefchaouen, uno de los lugares más fotografiados del mundo. El índigo superlativo que todo lo envuelve convierten a este icono en uno de los espectáculos cromáticos más fascinantes, pero no el único. De hecho, si te trasladas a 69 km al sur desde Chaouen descubrirás Uezán (Uezán), un pueblo cuya Medina en brillantes colores verdes promete una inmersión única por esta cuna de la espiritualidad.
Contenido
La verde Medina de Uezán
Según el Corán, el olivo es el árbol que simboliza el paraíso, una certeza que te inunda al avanzar por la carretera que transcurre a través de las montañas de Rif. Basta con asomar la cabeza para descubrir los bosques de olivos que ya anuncian la fiebre verde que en Uezán es, más que un color, un estilo de vida, un conector con el más allá. Para cuando hemos llegado a la Medina Dar-Saqfa, descubrimos cómo el verde menta lame las murallas, arcos y calles dando lugar a una fantasía vertical única que se expande por todas partes.
Si reconectamos con el color verde y su simbología en el Corán, Uezán se consolida también como uno de los principales centros espirituales de Marruecos, especialmente para el sufismo y la comunidad judía, dos religiones que han convivido en armonía durante siglos en esta localidad.
En la zona judía, sus habitantes veneran a Imran ben Diwan, un rabino del siglo XVIII del que se cuentan leyendas milagrosas. Su tumba se encuentra actualmente en Uezán y atrae a miles de peregrinos cada año. Por otra parte, el sufismo – rama del islam que profundiza en una vertiente más mística – gira en torno a Moulay Abdallah al-Sharif (1596-1678), profeta que pertenecía al linaje espiritual más distinguido de Marruecos, los idrisidas, fundadores de la primera dinastía musulmana. Sus centros de culto, conocidos como zaouias, se reparten por todo el país, si bien la “zaouia-madre” la encontramos en Uezán.
Qué ver en Uezán
Teniendo en cuenta el poso histórico y espiritual de Uezán, os guiamos por esta ciudad “verde”, cuya visita es una de las actividades imprescindibles en Marruecos, a través de los principales lugares que no te puedes perder durante tu viaje:
Cementerio Moulay ‘Abdallah ash Sharif
Está considerado como uno de los espacios más sagrados de la ciudad y es el lugar donde reposan los restos del Sharif de Uezán, la segunda figura más poderosa de Marruecos tan solo por detrás del Shah, o rey. Su mausoleo se trata de un impresionante edificio blanco con una cúpula verde y un hermoso patio interior cuya relevancia atrae a miles de peregrinos de la religión sufí cada año. El cementerio se ubica al sur de la zaouia y se accede a través de una puerta verde, claro. Además, en Uezán encontramos otros dos cementerios de gran importancia histórica: el Moulay al-Tuhami y el Moulay al-Tayeb.
La Gran Mezquita de Uezán
Esta mezquita es una de las más antiguas de Marruecos, además de una de las más bellas. Construida en el siglo XII, se encuentra en el centro de la ciudad y es descubierta por su icónico minarete, concebido en los famosos tonos verdes de la Medina. Como corazón de Uezán, esta mezquita es un lugar de gran importancia para los fieles y turistas.
Zoco de Uezán
Los zocos marroquíes suponen perfectos ejemplos de la vida y comercio del país. El de Uezán no se queda atrás e incluye infinidad de artículos tradicionales entre los que no faltan especias, cuero, artesanías o, especialmente, el aceite y la miel, dos de los productos más típicos de la zona.
El Museo de la Kasbah
La Kasbah es una fortaleza bereber típica de Marruecos y la de Uezán data del siglo XVIII. El museo supone un viaje por la historia de la región a través de una amplia colección de objetos antiguos, incluyendo armas, herramientas y textiles.
Aunque Uezán es una localidad encantadora e ideal de visitar durante una ruta entre Fez, Meknes y Chefchaouen, en Horizonte Paralelo recomendamos optar por un alojamiento en las ciudades mencionadas y realizar una excursión de un día. El tiempo suficiente para apreciar el corazón verde de esta ciudad y sucumbir a sus encantos antes de que sean eclipsados por el turismo masivo.
Vive Marruecos
Un libro: Historias de Marrakech – Mahi Binebine
Una canción: Second Aqlal – Moqaddem Mohammed Ben Salem
Una película: Casablanca
Un plato: Cuscús
Uezan es una ciudad no un pueblo 😐