Nuestro vecino del norte es un país conocido a nivel mundial por su rica gastronomía francesa, que combina tradición, creatividad y una inmensa variedad de sabores. Desde la haute cuisine hasta las comidas sencillas de las calles, hay una abundancia de platos que representan la esencia de la cultura francesa. Aquí te presento diez platos que no te puedes perder en Francia, cada uno con su propia historia y sabor único.
Contenido
Coq au Vin
El Coq au Vin es un plato típico de la región de Borgoña que consiste en pollo cocinado lentamente en vino tinto, junto con champiñones, cebollas, panceta y ajo. Este plato es una celebración de los sabores rústicos y permite que los ingredientes se mezclen en una vivencia culinaria profunda y satisfactoria. Servido con un buen pan crujiente, es el ejemplo perfecto de la cocina francesa de confort.
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Ratatouille
Seguramente el nombre de este plato te evoque la famosa película homónima de Pixar. Este plato de la gastronomía francesa es originario de la región de Provenza y es posiblemente uno de los más reconocidos del páis. Ratatouille es un guiso de verduras que incluye berenjenas, calabacín, pimientos, tomates y hierbas provenzales. Aunque puede parecer sencillo, su elaboración requiere tiempo y atención para lograr que los sabores se integren de la forma adecuada. Este plato es un homenaje a la agricultura local y es una opción ideal tanto para vegetarianos como para aquellos que buscan una comida ligera pero rica en sabor.
Bouillabaisse
La Bouillabaisse es una sopa de pescado típica de la región de Marsella. Comenzó como una comida humilde de los pescadores que utilizaban los restos de su captura, pero con el tiempo se ha convertido en un símbolo de la gastronomía mediterránea. Este plato combina diferentes tipos de pescado y mariscos con hierbas, azafrán y limón, creando una experiencia aromática y satisfactoria. Se suele servir con un rouille, una salsa a base de ajo y pimientos.
Quiche Lorraine
La Quiche Lorraine es una tarta salada que proviene de la región de Lorena. Tradicionalmente, se elabora con una mezcla de huevos, crema, leche y panceta. La base de masa quebrada es crujiente y se complementa de manera perfecta con el relleno cremoso. Este plato versátil se puede adaptar fácilmente con otros ingredientes, como espinacas o champiñones, pero la versión clásica sigue siendo la más apreciada.
Tarte Tatin
Para los amantes de los postres, la Tarte Tatin es un imprescindible. Esta tarta de manzana invertida se originó por accidente en el hotel Tatin en Lamotte-Beuvron. Las manzanas se caramelizan con mantequilla y azúcar antes de ser cubiertas con masa y horneadas.
El resultado es un postre dulce y acaramelado que combina la frescura de la fruta con la calidez de la masa crujiente, perfecto para finalizar una comida en Francia.
Escargots de Bourgogne
Los Escargots de Bourgogne, o caracoles de Borgoña, son un manjar que puede dividir opiniones, pero que, sin duda, son una experiencia que hay que probar. Los caracoles se preparan con una mezcla de mantequilla de ajo, perejil y a veces pan rallado. Se suelen servir en conchas especiales, y aunque la idea de comer caracoles puede resultar extraña, la combinación de sabores es embriagadora y muestra la audacia de la cocina francesa.
Soupe à l’oignon
La Soupe à l’oignon, o sopa de cebolla, es un clásico atemporal de la cocina francesa. Este plato se elabora con cebollas caramelizadas, caldo de carne y se sirve con una generosa capa de queso fundido y pan tostado en la parte superior. Es una comida reconfortante que suele disfrutarse en los meses más fríos y se ha convertido en un símbolo de la cocina parisina, especialmente en bistrós
Crêpes
Las Crêpes son una deliciosa forma de disfrutar de un sinfín de sabores, tanto dulces como salados. Estas finas tortitas se pueden rellenar con una variedad de ingredientes, desde Nutella y frutas hasta queso, champiñones y jamón. Puedes encontrar crêperies en casi todas las ciudades de Francia, y cada bocado es una oportunidad de experimentar con combinaciones únicas que reflejan la diversidad de la cultura culinaria del país.
Boeuf Bourguignon
Otro plato emblemático de la región de Borgoña, el Boeuf Bourguignon se hace con carne de res marinada en vino tinto, cocinada lentamente con champiñones, cebollas, zanahorias y hierbas. Este guiso es un ejemplo perfecto de la técnica de la cocina francesa que resalta la importancia de los ingredientes y la paciencia en la preparación. Cada bocado desvela la profundidad de los sabores, haciendo de este plato una verdadera joya en la mesa.
Pains au Chocolat y Croissants
Por último, pero no menos importante, no puedes visitar Francia sin probar los clásicos Pains au Chocolat y Croissants. Estas delicias de repostería son perfectas para el desayuno o como merienda. La masa hojaldrada y tierna, combinada con chocolate o simplemente rellena de mantequilla, es una experiencia que refleja la perfección de la panadería francesa. Cada bocado es una fiesta de texturas y sabores que te hará querer más.
Vive Francia
Un libro: Madame Bovary de de Gustave Flaubert
Una canción: La vie en rose de Édith Piaf
Una película: Amélie, dirigida por Jean-Pierre Jeunet
Un plato: Cassoulet