Cuando pensamos en una playa imaginamos arenas doradas y aguas azules, quizás palmeras y algunas sombrillas. Sin embargo, el mundo nunca deja de sorprendernos con nuevas formas y colores, siendo las playas de Paracas, en Perú, uno de los mejores ejemplos. Aquí verás arenas rojizas, escenarios desérticos y un Pacífico salvaje que eclosiona al sur del país del Machu Picchu y las alpacas. Déjate seducir por todos sus encantos. ¡Sigue leyendo y descúbrelos!
Reserva de Paracas, una delicia para los sentidos
Perú es, posiblemente, uno de los países con más contrastes de toda Sudamérica (¡y con más parques nacionales!). La cosmopolita Lima, los sabores afrodisíacos de la selva amazónica o la historia que emana el Machu Picchu son solo algunos de los muchos alicientes de un país convertido en uno de los más idealizados del mundo.
La Reserva Nacional de Paracas es un lugar de arenas rojizas, fauna muy diversa y maravillosas playas.
Pero es el sur, el mismo que encierra los páramos de un desierto de Atacama que termina en Chile, donde también se concentran algunos de sus lugares más impresionantes. Concretamente bajo Pisco, en el departamento de Ica, es donde se extiende la exótica Reserva Nacional de Paracas, un lugar de Perú donde perderse y desconectar durante días enteros.
Se trata de un edén desértico moteado de playas y tierras rojizas que dan como resultado un escenario simplemente único. Te aconsejamos que, para verlo de forma más o menos completa, le dediques un mínimo de dos jornadas solo a esta zona, ya que su riqueza tanto en paisajes como en fauna realmente lo merecen.
Datos de interés sobre el desierto de Paracas
Paracas abarca una extensión de 335 mil hectáreas de una costa erosionada por la que se cree es una de las corrientes marinas más productivas de la Tierra, la conocida como corriente peruana. Este hecho la ha convertido en una meca de contrastes que da como resultado la existencia de cientos de especies de peces y aves que finalizan sus ciclos migratorios en este santuario natural.
Desde el pelícano hasta el flamenco, pasando por el cóndor, el pingüino Humboldt o los leones marinos, Paracas acoge especies y ecosistemas tan diversos que en el año 1975 fue declarado Reserva Nacional.
A su vez, el agua ha conseguido hacer suyo el desierto dibujando estructuras rocosas tan espectaculares como La Catedral, una zona de rocas talladas por el Pacífico. A pesar del terremoto que asolara el departamento de Ica en 2007, este monumento natural aún conserva parte de su encanto.
Otro ejemplo sería el conocido como El Candelabro de Paracas, un dibujo marcado en la montaña y que podría tener relación con los geoglifos (marcas en las montañas creadas a base de quitar la capa superficial de la tierra) de las famosas Líneas de Nazca del desierto peruano.
Playas de Paracas en Perú
Pero si hay un aspecto por el que Paracas destaque es por sus playas, especialmente la conocida como playa Roja.
La prohibición de un buen baño en esta fantástica zona se ve compensada por la oportunidad de contemplar un escenario de tierras de un precioso tono rojizo.
Este es producido por la presencia de la conocida como granodita rosada, un tipo de arcilla fruto de las numerosas erosiones volcánicas que esta costa ha sufrido a lo largo de los años.
Para quienes busquen darse un chapuzón, Paracas también cuenta con playas como El Raspón o La Mina, ideales para disfrutar durante una noche de cámping o abrazándose a las aún desconocidas y cristalinas aguas del Pacífico peruano. Además, aquí encontrarás lugares fantásticos donde degustar la comida peruana.
Estas playas son, posiblemente, la mejor antesala de las islas Ballestas, ubicadas a media hora de la bahía de Paracas y hogar de miles de pingüinos Humboldt. Aunque son llamadas por muchos “las Galápagos de los pobres”, este archipiélago no tiene nada que envidiarle a ningún otro en cuanto a fauna y paisajes se refiere.
Pero, aun así, la impresión general es que el sector que nos ayuda en nuestras aventuras viajeras va superándose pasito a pasito. Comparte este artículo en tus redes sociales para poder comentar con tus amigos lo maravilloso que sería viajar a Australia en una hora y media en aviones futuristas o tener gafas de realidad virtual durante los vuelos.
¿Ya con ganas de visitar la mágica reserva de Paracas? Normal, cualquiera que comience a adivinar los encantos que tiene reservados a los viajeros que hasta allí se acerquen querrá coger el avión lo antes posible. Comparte este artículo en tus redes sociales y haz que tus amigos te acompañen en esta aventura inolvidable.