Durante uno de sus viajes a través de la Ruta de la Seda, Marco Polo descubrió una isla de cocoteros inclinados y playas de ensueño a la que describiría como “la más bonita del mundo”. Casi setecientos años después, la lágrima de la India, nombre con el que también se conoce a Sri Lanka dados los poéticos contornos de su geografía, continúa siendo uno de los destinos más exóticos del mundo. Prueba de ello son sus reservas naturales, Budas inclinados o estas mejores playas de Sri Lanka donde tienen cabida desde ballenas hasta olas surferas. Comenzamos en Bentota, en la costa suroeste, y bordeamos las playas del sur de la isla.
Como consejo, antes de viajar a cualquiera de estas playas será recomendable tener en cuenta las posibilidades de monzón intenso en Sri Lanka entre los meses de mayo y agosto o las lluvias aisladas de septiembre a diciembre. De ahí que la mejor época para viajar a Sri Lanka sea entre los meses de enero y abril.
Bentota
Aunque sea una de las más turísticas, dados sus muchos resorts camuflados en el trópico, el encanto de Bentota reside en ese río homónimo cuya desembocadura en el Índico convierten esta zona en un paraíso de los amantes de los deportes acuáticos y las motos de agua. Nada mejor que una mañana de adrenalina surcando la balsa que forma la desembocadura del río para después tumbarse en las playas de arena dorada sobre la que se inclinan los cocoteros.
Unawatuna
Considerada como de las playas con mayor encanto hippie de Sri Lanka, Unawatuna es famosa por sus pescadores zancudos, locales erigidos sobre zancos clavados en la orilla de la playa a fin de avistar mejor los peces. La estampa más típica de Sri Lanka se extiende de Unawatuna a Mirissa generalmente, adquiriendo mayor encanto cuando cae el atardecer y esta playa se llena de contrastes.
Mirissa
La playa más sureña de Sri Lanka es un deleite para los sentidos, los resorts y los amantes de la naturaleza ya que Mirissa supone el mejor punto de partida a la hora de partir en busca de las ballenas azules, uno de los grandes encantos naturales de la antigua Ceilán. Parrot Rock, una pequeña isla unida a la costa por un puente se convierte también en un particular santuario natural con vistas privilegiadas al Índico.
Tangalle
Tras atravesar un bosque de palmeras cuyas copas forman un lounge natural a orillas del océano, la playa de Tangalle se extiende ante nosotros hasta perderse en los recodos de la selva. Lugar ideal para avistar tortugas marinas (siempre que sea con un guía de ecoturismo autorizado), Tangalle es una de las playas más idílicas de Sri Lanka.
Arugam Bay
Finalizamos en el sureste de la costa de Ceilán para adentrarnos en las corrientes del Índico con nuestra tabla de surf, principal reclamo de Arugam Bay, en donde las ofertas de turismo de naturaleza, los mercados de la localidad de Pottuvil o los rincones románticos formados entre sus acantilados conforman un paraíso censurado durante los duros años de convulsión política en esta isla resurgida de sus cenizas.
Escrito por: Alberto Piernas
Fotos: Pinterest / OFERTA de viaje a Sri Lanka.