El Triángulo Cultural de Sri Lanka supone una visita imprescindible durante tu próximo viaje a la antigua Ceilán. Te desvelamos todos los secretos ocultos entre conjuntos de cuevas budistas, rocas de otro tiempo y un trópico donde moran los elefantes.
Visitar Sri Lanka implica sumergirse en un paraíso de playas azul turquesa, tapices de cocoteros, plantaciones de té y ciudades históricas. Sin embargo, un lugar que no puede faltar en ninguna visita es un recorrido por el Triángulo Cultural, en referencia al circuito que forman las antiguas ciudades imperiales de Polonnaruwa y Anuradhapura con la ciudad santa de Kandy. Un mandala que florece en forma de iconos budistas, lugares de peregrinación y selvas donde el silencio tan solo es interrumpido por el canto de los pavos reales. Te contamos cuáles son todos los lugares que debes visitar durante tu inmersión en el Triángulo Cultural de Sri Lanka junto a Horizonte Paralelo.
Sigiriya
Considerada como una de las Ocho Maravillas del Mundo Antiguo, Sigiriya podría ser perfectamente la roca más bonita del planeta. Un enorme peñasco rodeado de naturaleza donde aún yacen los restos del antiguo conjunto palaciego construido durante el reinado del rey Kasyapa, en el siglo V d.C. Designado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y considerada como la atracción turística más visitada de la isla, Sigiriya invita a realizar un ascenso a través de sus frescos conservados y la enorme puerta custodiada por las enormes garras de un león hasta alcanzar una cima que despliega antiguos restos arqueológicos, jardines eternos y una panorámica de ensueño.
Cuevas de Dambulla
Visitable en un mismo día desde Sigiriya, Dambulla es una pequeña localidad famosa por la presencia de un complejo de hasta 80 cuevas budistas, con cinco principales a visitar y acondicionadas a 150 metros de altura en la roca durante el siglo I a.C. Tras atravesar el fastuoso Templo Dorado de Dambulla, nos sumergimos en un viaje en el tiempo entre coloridos frescos, 153 estatuas de Buda, o esculturas de los antiguos reyes de Sri Lanka. Un imperdible del Triángulo Cultural, envuelto en el aroma de las ramas secas que algunos monjes budistas queman para leer el futuro de los peregrinos.
Polonnaruwa
Otro Patrimonio de la Unesco lo encontramos al este del Triángulo Cultural. Considerada como una de las antiguas capitales de Sri Lanka, Polonnaruwa fue sede real desde el siglo XI hasta el siglo XII y engloba hasta 8 kilómetros de ruinas, monumentos, estupas y estanques de lotos que podemos recorrer a pie o en bicicleta. Entre los grandes iconos de Polonnaruwa encontramos los budas de Gal Vihara, cuatro grandes estatuas esculpidas en la propia piedra del lugar y entre las que destaca el Buda dormido, señal de haber alcanzado el Nirvana y considerado como uno de los grandes misterios de la iconografía de Sri Lanka. Un escenario donde las emociones flotan con el viento y las ofrendas se acumulan junto al conjunto de figuras.
Anuradhapura
Una gran estupa blanca a lo lejos indica la presencia de la antigua capital más esplendorosa de Sri Lanka. De hecho, la civilización que floreció en el norte del Triángulo Cultural fue una de las más grandes de toda Asia. Un lugar de peregrinación donde destaca la presencia de estupas como Ruwanwelisaya, construida en el año 140 a.C. por orden del rey Dutugemunu; o Jaetavanarama, la más alta del mundo con 122 metros de altura. Un circuito de vestigios que nos transporta a una dimensión de misterios selváticos y ceremonias sagradas que iluminan el corazón del trópico en plena noche.
Mihintale
A 16 km de Anuradhapura encontramos Mihintale, nombre que recibe la colina donde nació el budismo en Sri Lanka. Cuenta la leyenda que Mahinda, uno de los principales discípulos de Buda, consiguió que el feroz rey Ashoka adoptara el budismo justo antes de disparar una flecha a un ciervo. Hoy, esta “Meseta de Mihindu” es un lugar de peregrinación absoluto, especialmente en el mes de Poson – alrededor de junio – y se conforma de tres colinas camufladas en la selva: Ambastala (Meseta del Mango), Rajagiri (Montaña del Rey) y Aanaikuddy (Montaña del Elefante), colmadas de escaleras épicas, estupas y banderines que invitan a sumergirse en los grandes secretos del budismo.
Kandy
¿Quieres presumir de conocer una de las grandes curiosidades de Sri Lanka? Pues aquí la tienes: se dice que tras morir Buda, sus discípulos recogieron cuatro dientes caninos que repartieron entre diferentes países. Sin embargo, el diente que recayó en el rey de Kalinga, en la India, fue utilizado para sembrar el mal, por lo que una princesa llamada Hamamali robó el diente, lo escondió bajo sus cabellos y lo transportó hasta Sri Lanka. Durante siglos, el diente fue circulando entre las diferentes ciudades de la isla hasta ser escondido en Kandy, ciudad santa y uno de los grandes imperdibles de la antigua Ceilán. Custodiada por fragantes colinas de té, Kandy se asoma a su enorme lago urbano, mercados coloridos, fragantes jardines botánicos pero, especialmente, el Templo del Diente de Buda, donde supuestamente yace custodiado el canino del maestro.
Disfruta en el Triángulo Cultural de Sri Lanka de la mano de Horizonte Paralelo.
Vive Sri Lanka
Un libro: La princesa de cristal y otros cuentos populares del antiguo Ceylán – Henry Parker
Una canción: Aala Wennata – W. Kularathe
Una película: La terre abandonée
Un plato: Kottu
