No te lo vas a creer: el cráter del Ngorongoro, en Tanzania, tiene un diámetro de nada menos que 21 kilómetros. Como lo lees: 264 kilómetros cuadrados de una altiplanicie repleta de bosques, grandes mamíferos y paisajes increíbles. ¿Quieres conocer más sobre este paraíso natural? ¡Sigue leyendo!
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Un sinfín de criaturas extraordinarias
Dentro de sus paredes de 600 metros de altura se pueden encontrar algunos de los animales que más fascinación generan en el ser humano. Entre ellos están los considerados 5 grandes de África: leones, leopardos, elefantes, búfalos y rinocerontes. También se pueden ver hipopótamos, cebras, antílopes, hienas, chacales o ñus.
El Parque Nacional del Ngorongoro es un paraíso para los amantes de la naturaleza por su fauna, paisajes y grandiosidad.
Las aves son otro de los encantos de este vergel. Los buitres, las águilas y los flamencos (que abundan en el lago Magadi, del que ahora hablaremos) son solo una pequeña representación de la gran variedad de plumíferos animales que viven en esta zona.
Por estos y otros encantos que descubrirás en las próximas líneas, el Área de Conservación de esta zona (que, además del cráter, incluye una vasta extensión que lo rodea) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979.
Un extraordinario lago en las alturas
El lago Magadi, situado dentro del cráter, resulta toda una delicia para tu viaje a Ngorongoro. Aunque las vistas desde cualquier punto son espectaculares, te aconsejamos que aproveches especialmente aquellas que encontrarás al bajar por sus paredes.
En ese momento verás en todo su esplendor el lago y las zonas próximas a él. Y, aunque siempre defendemos que disfrutes del momento en directo y que no te lo pierdas por tener el ojo detrás de una cámara, la verdad es que se trata de un instante perfecto para sacar una gran fotografía.
Historia de la humanidad en Ngorongoro
Muy cerca del cráter se encuentra la Garganta de Olduvai, un espacio donde se han ido acumulando sedimentos a lo largo de millones de años. En este lugar se encontraron huellas del Australopithecus afarensis, antecesor del Homo sapiens, en el año 1976.
El rastro descubierto corresponde a unas setenta huellas de seres que caminaban erguidos hace 3,6 millones de años sobre cenizas volcánicas. Hoy se conocen como las huellas de Laetoli, primera prueba fósil del sistema de locomoción bípeda de nuestros antepasados. Por tanto, si te interesa la Antropología o la Paleontología, ¡no dejes de hacer una visita a esta zona!
Fantásticos vecinos naturales
El volcán del Ngorongoro tiene un vecino que está realmente a la altura: el Parque Nacional del Serengueti, declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1981.
Con sus inmensas planicies y su espectáculo de la migración anual de ñus, este espacio natural es realmente digno de una amplia visita por tu parte.
Si vas a hacer un safari completo por Tanzania, te aconsejamos que tampoco dejes de ver el relativamente cercano Parque Nacional de Tarangire, un auténtico paraíso para los elefantes y los siempre perturbadores y enigmáticos baobabs.
Si aún no te hemos convencido de que hacer un safari al cráter de Ngorongoro es una experiencia imprescindible para los amantes de la naturaleza, es que tienes que leer el post de nuevo. Comparte este artículo en tus redes sociales y deja que convenzamos también a esa persona que quieres que te acompañe en la aventura.
Vive Tanzania
Un libro: Trilogía Africana – Jakob Ejersbo
Una canción: Orugambo – Saida Karoli
Una película: Kijiji Cha Tambua Haki
Un plato: Ugali