El volumen y peso de nuestro equipaje es una de las piedras angulares de todo tipo de trayectos. Sin embargo, estos consejos seguramente sean más útiles para los viajeros que prefieran tener mucha movilidad geográfica, un alto nivel de independencia y un techo presupuestario tirando a bajo. Un equipaje compacto y manejable es siempre una ventaja.
1. Mejor mochila que maleta. La mochila es flexible, fácilmente adaptable y transportable. Si tienes algo delicado llévalo en el equipaje de mano. Y si no te llevas el jarrón chino de la abuela de viaje, mejor.
2. Sé previsor. Piensa bien y haz una lista si eso te ayuda antes de ponerte a hacer el equipaje. Hay quien lo saca todo antes de meterlo en la mochila. Ponte de acuerdo con tus compas para compartir y no duplicar cosas innecesariamente.
3. Recurre a ropa versátil, cómoda y resistente, que no requiera planchado y aguante bien una mancha, como pantalones desmontables, camisetas y calcetines de algodón, un forro polar impermeable…
4. Sé ordenado al hacer la maleta. Aprovecha bien todos los espacios, dobla cuidadosamente las prendas, explota los bolsillos exteriores, deja a mano lo más necesario y procura recordar dónde va cada cosa para no tener que revolver demasiado. Y si no, aprende del de este video.
Hacer el equipaje, una liturgia fundamental en el previaje
5. Sé práctico y realista. Al final te vas a poner los mismos pantalones todo el santo día. Con otro de repuesto y otro para las “ocasiones especiales” basta. Jabón poco, así evitamos botes y botes y botes; una pastilla de lagarto va que chuta, puedes lavar la ropa y es excelente para los cabellos grasos.
6. Calcula la ropa interior en función de cada cuanto tiempo piensas que lavarás la ropa: cada cinco días, pues cinco más uno de emergencia. Una amiga lleva la ropa interior más vieja que tiene y la explota al máximo antes de deshacerse de ella…
7. Evita lo superfluo. Tal vez el secador no sea tan necesario como crees… No está mal llevar comida, pero no de la que puedas encontrar en tu destino… Sin embargo, tal vez te acuerdes ahora de cómo despreciaste aquel saco de dormir hipercompacto en la tienda…
8. Ya en pleno viaje, una solución de emergencia es llevar puesta la ropa que más abulte: botas, abrigo de plumas, etc. Si el tiempo lo permite, como con los toros. Sé de alguno que se ha puesto tres capas de ropa encima para no pagar suplemento en un vuelo low cost…
Recuerda que te vas de viaje, no de casa!
9. No te vuelvas loco comprando cosas, y piensa en su peso y volumen para evitar sorpresas desagradables a la vuelta. Sí, la máscara de las plumas es impresionante, pero mide un metro cuadrado (sin contar las plumas) y es de una cerámica delicadísima…
10. Todos cometemos errores. Aquello que a lo largo del viaje ha demostrado su completa inutilidad, se convierte en un regalo perfecto para los nuevos y viejos amigos, especialmente si es voluminoso.
Escrito por: Víctor Zamorano Blanco