“El sitio era mucho mejor de lo que se aprecia en cualquier imagen”. Esa es la excusa que sueles soltar a tus amigos y familia cuando enseñas tus fotos de viajes más recientes. Y todo para camuflar que, admítelo, no eres bueno en ello. Pero tampoco hay que ser profesional para volver a casa con unas instantáneas decentes. Te damos algunos consejos para que lo consigas.
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Conoce primero la zona
Antes de comenzar a disparar con la cámara a lo loco, te aconsejamos que conozcas bien el lugar. El edificio, monumento o calle que quieras retratar seguro que tiene muchas cosas que ofrecerte. Disfrútalas y averigua dónde están todos los preciosos recovecos que luego podrás capturar para siempre con tu cámara. Esto no solo te servirá para conocer los mejores emplazamientos para capturar tu imagen, sino también para disfrutar de forma relajada del sitio que visitas.
Para conseguirlo, necesitas tiempo, por lo que no puedes ver 3 ciudades al día. El objetivo del viaje debe ser el de disfrutar del destino sin prisas y conocerlo medianamente bien, no estar un rato y salir corriendo. No te estreses en tus propias vacaciones. Si tienes que ver menos lugares a cambio de verlos con un mínimo de profundidad, merecerá la pena. Además… ¡tus instantáneas lo agradecerán!
Analiza el entorno
Para que viajes y fotografía puedan ir de la mano, tienes que conocer bien el sitio. Luego analiza elementos como la luz del sol, las sombras y las composiciones que mejor puedan quedar en la imagen. Recuerda que las mejores instantáneas en exterior se consiguen sobre las 10 de la mañana. Pero como en cada lugar esta recomendación puede variar, estudia la mejor hora en tu caso.
Saca tu creatividad
Aléjate de la típica postal y escoge nuevas fórmulas para captar un monumento o edificio emblemático. Por muy conocido que este sea, si le echas creatividad seguro que encuentras una forma de retratarlo que sea completamente personal. Encuentra una manera de decirle al mundo que has estado allí pero que has sabido mirar de manera diferente lo que los demás ven siempre igual.
Para conseguirlo puedes enfocar tu atención en elementos distintos a los habituales. Una paloma posada en un monumento, una columna de un templo o un niño jugando frente a unas ruinas milenarias. Échale imaginación y sube un escalón en la calidad de tu fotografía de viajes.
Más allá del selfie
Es evidente que quieres dar a entender a los demás que estuviste allí. Pero… ¿no crees que un selfie sonriente con las pirámides de Egipto detrás es una imagen demasiado típica? Puedes hacerlo sin ningún problema, pero también puedes dar a entender tu presencia de otras muchas maneras.
Un ejemplo es sacar una instantánea de tu mochila apoyada en la arena o aprovechar los reflejos en cualquier superficie metalizada. Una buena manera de conseguir inspiración es buscando imágenes de autorretratos famosos. Seguro que ninguna es la típica de smartphone.
Cambia de perspectiva
Captura imágenes de zonas conocidas desde perspectivas desconocidas. ¿Cómo se vería la Plaza de San Pedro desde el suelo? ¿O el Machu Picchu desde el otro lado de la antigua ciudad? Retrata lo que hay delante de la Casa Blanca o que hay al otro lado de Taj Mahal. Son perspectivas distintas que aportan información relevante sobre el monumento en cuestión y que darán valor a tus fotos de viajes.
Como ves, lo importante en todos los casos es alejarse del topicazo y disfrutar del destino. Aplica estos consejos y verás cómo tus imágenes dan un salto de calidad importante. Y si luego quieres compartirlas con nosotros en redes sociales, ¡mucho mejor!