Los oídos obstruidos por la gravedad del avión, necesitas comer, también dormir, el destino no se asemeja a la idea que tenías en mente. No te preocupes, se trata de tu primer día en ese nuevo país y, como tal, algunas pautas a tener en cuenta son claves a fin de que la adaptación siga su curso. Si, además, aplicas estos consejos para tu primer día en un nuevo destino, el resto del viaje marchará sobre ruedas.
Toma un taxi OFICIAL
Si acabas de llegar al aeropuerto olvídate de marchar a pie en busca del hotel o incluso de tomar un autobús. Tu nivel de cansancio merece un trayecto directo y veloz al hotel con tal de instalarte rápidamente, descansar y tomar impulso. Por supuesto, no habría que añadir que tomes un taxi oficial, pues sucumbir a un “transfer” clandestino puede convertirse en la peor de las ideas.
Explora
Una vez que te encuentras en el hotel explora, sin más. Da un paseo por el barrio en el que te encuentras, ojea precios, déjate rociar por el sol e incluso atrévete a llegar hasta la playa. La estancia en un destino concreto requiere de cierta exploración a fin de adaptarnos poco a poco y localizar a esos “aliados” básicos: un cajero ATM, un restaurante económico (o tenderete de comida) y el supermercado de rigor.
Visita la oficina de turismo
Una vez que tanteas el terreno, saber qué visitar o las atracciones principales del lugar es esencial. Seguramente no lejos de donde tú estás hay una oficina de turismo con mapas e indicaciones que te ayudarán a complementar tu visita. Si te encuentras en un lugar algo menos desarrollado, encontrar wifi y planificar el resto de los días en un chiringuito de playa será otra genial alternativa.
Tú y los locales
He aquí donde reside la gran incógnita de un primer día en un nuevo destino. . . ¿qué hacemos con los locales? La interacción con lugareños es vital a la hora de introducirnos en esta nueva atmósfera; sin embargo, debes ser precavido, pues al igual que existen muchos locales que puedan ayudarte e incluso convertirse en alternativos guías de viaje, otros muchos tratarán de hacer negocio al final de esa cálida conversación: mostrarte un sitio, desplegar esas pulseras que aún no han vendido o llevarte a la tienda de “un amigo” a cambio de una comisión. Confía en tu intuición y frena tus primeros impulsos.
Mimetízate
Durante tu primer día en ese nuevo destino trata de no resultar demasiado “turista”, es decir, déjate en casa el iPad, el Lotus y los zapatos de Marc Jacobs y vístete discreto, quizás luciendo aderezos del destino, no muestres opulencia. No des a entender con demasiada facilidad que eres un turismo entusiasmado, pero tampoco rehuyas de los estímulos del mismo. La finalidad de este punto no reside en evitar ciertos altercados, sino en sumergirte en ese nuevo destino con total normalidad. Ya sabes, preferimos ser viajeros que turistas.
Escrito por: Alberto Piernas.