Cuando viajamos, nos hemos acostumbrado a tomar fotos de todos los lugares y personas que encontramos pero, ¿deberíamos? Piensa por un momento que te encuentras en ese viaje tan esperado, por ejemplo, a Japón: te sientas bajo un enorme cerezo, fundes tus manos con la alfarería Bizen, comes miso en todos los restaurantes y caminas entre los santuarios de Kioto, sí, pero con un requisito: no haces ninguna foto durante el viaje.
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En tiempos de likes, redes sociales y filtros, las fotos se han convertido en nuestra forma de inmortalizar los viajes y decirle al mundo que hemos estado en ese lugar. Sin embargo, debemos plantearnos los motivos por los que, en ocasiones, hacer fotos no es la mejor idea en diversas situaciones:
Hacer fotos a personas sin su consentimiento
En algunas culturas como la de los tzotzil, en Chiapas, hacer una fotografía a una persona implica robarle parte de su alma. Una creencia que podemos aplicar al resto del mundo cuando hablamos de tomar fotografías a locales sin su consentimiento, lo cual implica una falta de respeto hacia los mismos. Si quieres hacer una foto durante un viaje, prueba a conversar con la persona, conocer su historia y, por supuesto, pedirle permiso si vas a tomarle una instantánea.
Hacer fotos a lugares infames
Besos en Chernóbil o selfies con una montaña de cabelleras en el campo de concentración de Auschwitz de fondo. El narcisismo no tiene límites cuando hablamos de ciertas tendencias como la de tomarse fotografías en lugares donde, por motivos históricos, sucedieron cosas horribles.
Un movimiento que levantó cientos de críticas en redes sociales, entre ellas por parte de la cuenta del museo del memorial de Auschwitz-Birkenau en Polonia y el siguiente mensaje, publicado el 20 de marzo de 2019: “Cuando venga a @AuschwitzMuseum recuerde que está en el sitio donde murieron más de un millón de personas. Respete su memoria. Hay mejores lugares para aprender a caminar sobre una barra de equilibrio que el sitio que simboliza la deportación de cientos de miles de personas a su muerte».
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Tomar fotos constantemente
¿No te ha pasado que has tomado demasiadas fotos y selfies en un lugar para luego sentir que apenas lo has disfrutado? Cuando nos empeñamos en fotografiarlo todo durante nuestros viajes perdemos la capacidad para disfrutar de las diferentes experiencias en pos de una pantalla ante la que permanecemos absortos todo el tiempo. En estos casos, recomendamos reservar un escaso tiempo para tomar fotografías y tratar de desconectar al máximo de la tecnología para disfrutar del viaje.
Tomar fotos y compartir su ubicación
En redes sociales comienza a florecer una tendencia que consiste en compartir una imagen o video de un lugar idílico pero sin mencionar su ubicación. Una forma de proteger esos paraísos naturales que no tienen por qué ser visitados en masa por cientos de personas. Y es que muchas fotografías se han convertido en causa de erosión y masificación de lugares como la Montaña Arcoíris de Perú o los arrozales de Bali debido a la fiebre por los likes.
Tomar fotos de lugares sagrados
En muchos templos de la India, está prohibido tomar fotos, al igual que sucede con otros iconos sagrados alrededor del mundo. El respeto a la tradición de una cultura o país también implica guardar el smartphone o dejarlo en la consigna para fundirnos con ese nuevo destino sin necesidad de saltarse las normas.
Tomar fotos, en general
Prueba a irte de viaje sin tomar fotografías. ¿Podrías? Parece una misión imposible pero, si te lo propones, descubrirás que disfrutar de esa nueva experiencia sin necesidad de “inmortalizar” cada lugar que visitas puede suponer una total liberación y, aún mejor: un pasaporte a destinos donde disfrutar de cada matiz, sonrisa, sabor y conversación sin apenas interferencias.
En Horizonte Paralelo buscamos entablar buenas relaciones con cada destino que visitamos y su población local a fin de consolidar un futuro mejor para el mundo de los viajes. Descubre todas nuestras opciones a la hora de descubrir los escenarios y países más asombrosos del mundo. Ya lo dijo Marcel Proust: “El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevas tierras, sino en ver con nuevos ojos”.
