Vivimos con prisa, pegados al teléfono móvil y corriendo a todas partes. ¿Acaso quieres unas vacaciones igual de estresantes? Ni en broma. Disminuye la velocidad y pásate al slow travel, una forma más inteligente y tranquila de disfrutar de tu destino.
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Filosofía slow tourism
Conoce, vive y experimenta cada nuevo lugar que visitas. Lo importante para los amantes de esta tendencia no es ver absolutamente todos los monumentos de una ciudad. Sino saber cómo se vive en ella. Callejear, comer en restaurantes alejados de las zonas turísticas, conocer a la gente de la zona… Es parte fundamental del turismo sin prisas.
Por tanto, no solo vale con estar todo el día tumbado en la playa. Sino que es importante llevar a cabo un turismo inmersivo y responsable, conociendo el destino en profundidad. Esto no quiere decir que debamos estar todo el día correteando de una zona a otra del destino. Sino que conozcamos los lugares con la tranquilidad y el tiempo que requieren.
Céntrate en no coger nervios por nada, ni siquiera por no llegar a tiempo a la visita de otros lugares. Si esto ocurre, será porque estás disfrutando el lugar en el que estás ahora, con las personas con las que estás ahora. Establecer conexiones auténticas con nuestros compañeros de viaje (así como con las personas que conozcamos durante los mismos) es fundamental para experimentar al 100% esta tendencia.
Respeto por el medio ambiente
Una de las claves para entender el slow tourism es el papel que juega en ella el respeto por el hábitat natural del lugar que se visita. Intenta dejar la mínima huella posible de tu paso por la zona. Para conseguirlo, utiliza todo lo que puedas el transporte público en tus desplazamientos y gestiona de forma responsable todos los residuos de plástico, papel, etc., que generes.
Desconecta de verdad
Estar de vacaciones mirando cada 5 minutos lo que te has perdido en Twitter y contestando al instante a cada uno de los mensajes y correos que te llegan puede ser muchas cosas, pero claramente no tiene nada que ver con lo que estamos hablando. Olvídate de la conexión a internet durante unos días (prometemos que no vas a morir en el intento). Y disfruta de los paisajes y las personas que tienes delante en cada momento.
Unos días (como mínimo) en cada lugar
Si realmente quieres conocer los lugares que vas a visitar, no pases de largo por ellos. Quédate por lo menos 3 noches en cada sitio para descubrirlo y disfrutarlo en profundidad. Así te dará tiempo a establecer conversaciones con la gente que vayas conociendo y a visitar el destino con la calma que merece.
Practica el slow travel tanto si vas a recorrer una nueva ciudad como si te vas a una isla perdida para desconectar de todo. ¡Le cogerás el gustillo enseguida! Disfruta de tus vacaciones más que nunca poniendo en práctica esta filosofía viajera.