Durante un viaje a la India me llevé mi teléfono móvil. Era el primer gran viaje a un destino asiático y, por pura inercia, uno no le da tanta importancia al tema de la telefonía cuando tienes otros muchos factores en los que pensar. Durante el mes en este país, mi amiga utilizó el móvil media hora, yo envié varios mensajes de texto (aún no había WhatsApp) y realicé alguna que otra llamada corta. Al regresar mi factura fue de casi 600 euros. Sí, eso es lo que pueden cobrarte por usar tu teléfono móvil en el extranjero. Descubre las mejores formar de ahorrar dinero con tu teléfono móvil cuando viajes.
El roaming, ese gran desconocido
Ya no los avisa el móvil cuando cruzamos las fronteras de este nuevo destino: el roaming (itinerario) se activa, confirmando que nuestro smartphone opera desde ese momento con una compañía móvil local o que la nuestra propia ha cambiado sus tarifas al llegar a territorio extranjero.
En el caso de la Unión Europea, el roaming será suprimido el 15 de junio de 2017, permitiendo que todos los usuarios que viajen a otros países de Europa sigan pagando las mismas tarifas que en sus países natales. No obstante, no estará de más consultar las tarifas si nos disponemos a viajar hasta tal fecha a Francia, Holanda o cualquier otro país de la Eurozona. Estos países están considerados en el grupo de zona 1. El grupo 2 englobaría la gran mayoría de países que más “próximos” a la Unión Europea: Moldavia, Marruecos, Rusia o incluso Estados Unidos. El resto de países (Asia, Latinoamérica o África, sin contar los países del Magreb) son considerados de zona 3, y es aquí donde debemos tener especial cuidado con el tema del teléfono móvil. (Por ponerte un ejemplo, Movistar cobra 3.03 euros/min por llamadas recibidas y enviadas, además de un establecimiento de 1.94 euros).
La primera (y más acertada) opción cuando viajamos a países lejanos es el uso del wifi, ya sea el del hotel o una cafetería. Utilizar el wifi adquiere una mayor importancia en los tiempos de Whatsapp y la comunicación por “datos”, de ahí que sea la opción más inteligente.
Utilizar una tarjeta SIM de prepago a la antigua usanza en ese nuevo destino es también otra buena opción, ya que controlas mejor el consumo de tus llamadas y mensajes (a mí me ha ido muy bien en algún que otro viaje). También puedes optar por comprar una tarjeta de llamadas en aeropuertos o quioscos locales.
A su vez, y como alternativa a los operadores móviles de siempre, diversas compañías ofrecen opciones más concretas a la hora de pagar por datos limitados. ChatSim, por ejemplo, permite pagar 10 euros por un paquete de datos a gastar en aplicaciones de mensajería en 150 países diferentes. Otras comoLebara te permite pagar cantidades pequeñas a cambio de recibir llamadas gratis en la Unión Europea.
Buenas opciones que puedes combinar con el wifi, en un tiempo en el que la comunicación está más sujeta a los datos que a los minutos.
Escrito por: Alberto Piernas